Historia de Avas - Avas Venezuela

Historia antigua

Primera fundación

La historia de AVAS inicia con su fundación el 30 de octubre de 1842, lo que la convierte en la organización benéfica más antigua en Venezuela. Con un actividad sostenida pero no carente de acontecimientos, su trayectoria suma hoy día más de 181 años.

El Acta Constitutiva de AVAS, así como todos los demás documentos y cartas importantes, fueron registradas en el que nosotros llamamos Libro Fundacional o Libro de Actas, y que tiene por título Archiv des Hülfsvereins für Deutsche in Caracas (Archivo de la Asociación de Socorro para Alemanes en Caracas) y que fue llevado minuciosamente en un cuaderno empastado de nombre Copiador de Cartas.

Las últimas inserciones datan de antes de la Segunda Guerra Mundial. El libro está muy bien conservado y no solamente nos permite conocer la labor que entonces realizaba la Asociación de Socorro sino que también refleja de manera muy interesante las particularidades y los problemas del país en aquella época.

Miembros fundadores

En los textos redactados en idioma español, la asociación quedó registrada bajo el nombre de “Sociedad de Ayuda a Alemanes” y más tarde también como “Sociedad de Beneficencia“.

Sus fundadores fueron: Adolph Wolff, presidente; Cesar Grund, vicepresidente; Edmund Reinnoldt, tesorero, y H. Westphalen, secretario. La redacción de los estatutos respectivos fue encomendada a los señores Friedrich Brandt, Ferdinand Meyer y Just Rosenberg. Dos meses después fueron publicados los primeros reglamentos con las firmas de J. Theodor (presidente), Georg Braun y W. Smidt.

En ese entonces se resolvió que el aporte mensual sería de cuatro “Reales Macuquinos” (monedas de plata y oro que circulaban en las colonias españolas) por miembro. Estas monedas eran acuñadas en su mayoría en Potosí, Bolivia, y su aspecto era bastante tosco.

Venezuela en tiempos de la inmigración alemana del Siglo XIX.

En aquella época, mediados del siglo XIX, la población de Caracas no llegaba a los 35.000 habitantes, tal como se puede leer en el libro Die Deutschen in Venezuela del Dr. Rolf Walter (Asociación Cultural Humboldt, Caracas, 1985). Veinte años más tarde ya eran 50.000 habitantes, según afirma el médico alemán Carl Sachs, quien vivió en Venezuela entre los años 1867 y 1877, y la población total de Venezuela se estima en unos 1,2 millones de habitantes.

Por ese entonces se vivieron muchas revoluciones, se viajaba a caballo y en
mula –– los coches o carruajes prácticamente no existían; en las mañanas de los domingos se solía pasear y tomar un baño en el río Guayre; “la Constitución era buena y el sistema de justicia complaciente”.

En aquel tiempo nos encontramos “…en un país sin información suprarregional”. El viajero y autor Gerstäcker, por ejemplo, quien se encontraba por casualidad en la región de los Llanos, en una ocasión fue llamado a presentarse ante el comandante de la ciudad por la que entonces transitaba. Gerstäcker entregó a la autoridad local los periódicos que había traído de Caracas, ya que en el interior del país no se tenía idea de lo que sucedía en la capital. Al respecto el autor anotó en su diario: “… sin que el gobierno central les hiciera llegar cualquier noticia, por lo que éstas tenían que ser entregadas por un viajero“. Esa es la tierra grande y prometedora a la que llegaban los alemanes, para participar en la construcción del país y en su desarrollo agrícola.

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Primeros migrantes alemanes

Ya entre 1810 y 1830 destacados letrados alemanes habían visitado el país y realizado trabajos de investigación científica. Más adelante, en tiempos de la crisis agrícola, vinieron soldados y mercaderes alemanes que dieron origen al comercio y a las relaciones diplomáticas con Alemania. Según las estadísticas del historiador económico Dr. Rolf Walter, en el período comprendido entre 1832 y 1888 –– los años de la Independencia –– llegaron a Venezuela 987 alemanes, 374 de ellos para la Colonia Tovar. Para la fecha de la fundación de la “Hülfsverein”, que en aquel entonces contaba con 10 miembros, habrían llegado a Venezuela entre 5 mil y 10 mil inmigrantes de distintos orígenes.

Actividades iniciales de la Asociación de Socorro y la relación con la Colonia Tovar.

La historia de la “Sociedad de Beneficencia Alemana” estuvo estrechamente relacionada con la de la Colonia Tovar desde el principio. Friedrich Gottfried Jahn, tatarabuelo del reconocido Ing. Leopoldo Jahn y fundador de la familia Jahn en Venezuela, llegó al país en 1835 y fue consultado por Agustín Codazzi y Alexander Benitz en relación con el alojamiento de los colonos de Tovar. La firma de ese señor Jahn, el primer comisario, también aparece más o menos en la misma época al pie de los primeros estatutos (tercera y cuarta asamblea) de la “Deutsche Wohltätigkeitsgesellschaft” (“Sociedad Alemana de Beneficencia”).

Las relaciones se desprenden de cartas contenidas en el libro fundacional de la Asociación de Socorro.

La carta dirigida el 25 de Septiembre de 1843 al Coronel Codazzi establece las funciones de esa organización alemana en Venezuela: “…siendo la única finalidad de nuestra asociación la de ayudar a paisanos en situación de necesidad…” Otra carta dirigida unos meses antes, el 24 de Mayo de 1843, al alcalde de la Colonia Tovar, Andreas Vollweider, auguraba los mejores deseos por el éxito y bienestar de los paisanos. Sin embargo, sucedía que algunos colonos se habían ausentado de la Colonia Tovar “sin permiso” para manifestar quejas y peticiones ante la Asociación. Sin embargo, estos fueron capturados y devueltos a la Colonia.

En la mencionada carta se lee además que “…no somos indiferentes ante las cuitas de nuestros paisanos”, “….tampoco queremos tratar con personas que probablemente no son dignas de nuestra ayuda…”, destacándose nuevamente que la Asociación solamente presta ayuda a aquellas personas que hayan caído involuntariamente en situación de necesidad.

Otra misiva dirigida en la misma época al gobernador de la Provincia de Caracas describe la organización, las actividades realizadas y las preocupaciones vividas en aquellos tiempos (Libro de Actas, página 31). La “Deutsche Wohltätigkeitsgesellschaft”…“presta ayuda a alemanes en situación de necesidad y enfermos, ve por aquellos que han perdido su trabajo y asume costos de sepultura”.

La Asociación ya contaba con 77 miembros, pero con ingresos de apenas 50 pesos mensuales. Por ello la preocupación por el hecho de que los alemanes, por ser extranjeros, no eran admitidos en los hospitales ya que aquellos estaban repletos con las “víctimas de la terrible fiebre que asola a Caracas” y que una vez más hacía de las suyas en el valle, tal como ya lo había descrito Alexander von Humboldt en su obra “Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente”. Quedó registrado que los recursos eran insuficientes para pagar una enfermera alemana que pudiese atender a los inmigrantes recién llegados, que no dominaban el idioma castellano.

Y tal como reseña nuestra historia, desde sus inicios la Asociación enfrentó las preocupaciones típicas de una organización de este tipo y ello no ha cambiado hasta nuestros días. Sin embargo, gracias a la concordia y la solidaridad de todos sus colaboradores, los problemas siempre han podido resolverse de la mejor manera posible.

HISTORIA RECIENTE

1952

AVAS después de la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, AVAS se había disuelto por razones políticas y sólo pudo continuar con su actividad –– tan necesaria durante aquellos años –– desde la clandestinidad. No fue sino hasta el 11 de octubre de 1952 que la Asociación fue registrada nuevamente ante las autoridades venezolanas, ahora bajo el nombre de Asociación Venezolana Alemana de Socorro (AVAS).

Los promotores responsables de su refundación fueron los señores Jaffé, Falk, Blohm y Franzius. Como tesorero fue designado el señor Willi Mumm, quien desempeñó ese cargo de manera ininterrumpida durante más de 50 años. En aquel entonces los miembros se reunían en el primer piso del Colegio “La Esperanza” en Campo Alegre.

Durante ese tiempo la labor primordial de AVAS era brindar asistencia a los desplazados y refugiados. No solo de Europa llegaba un torrente de personas empobrecidas, desde el interior del país también huía gente hambrienta y andrajosa en busca de auxilio en la capital. Muchos de ellos habían perdido sus documentos. La Asociación prestaba toda la ayuda que le era posible y distribuía alimentos, y gracias a la intermediación de AVAS, en esa época muchas personas se convirtieron en los primeros beneficiarios de la asistencia social alemana en Venezuela.

Final del siglo XX

Primera sede oficial

A principios de los años 80 AVAS recibe, por la vía del legado, una pequeña casa en El Rosal, su primera y tan necesaria sede propia. Sin aquella oficina, secretaria, automóvil, depósitos para sillas de ruedas y aparatos ortopédicos, y algunas habitaciones para el alojamiento temporal de personas necesitadas provenientes del interior del país, no se podría haber prestado esa ayuda tan requerida y desarrollar esa labor cada vez más extensa. Además, contar con esa casa fue posible destinar los recursos que se gastaban en alquiler directamente a la labor social.

A principios de 2013 –– ¡luego de casi 30 años! –– lamentablemente tuvimos que vender nuestra sede de El Rosal, sobre todo debido a los planes de construcción de los inmuebles vecinos. Pero una vez más la suerte estuvo del lado de AVAS. Después de algún tiempo encontramos una nueva casa, nuestra bellísima nueva sede que se adapta en forma óptima a todas nuestras necesidades. Con la venta del inmueble de El Rosal no solamente pudieron cubrirse los costos de adquisición de la nueva sede sino que los recursos alcanzaron para remodelar parte de la casa y convertirla en un pequeño apartamento anexo, cuyo alquiler permite en gran medida cubrir los gastos corrientes de la oficina.

Inicios del siglo XXI

Creación de hospicio

Simultáneamente con la venta de nuestra sede de El Rosal también tuvimos que cerrar, después de 15 años, nuestro pequeño hospicio en Las Marías. Esta quinta había llegado a ser propiedad de AVAS en 1997 por la vía del legado.

Anteriormente la casa pertenecía a Charlotte Burk y en honor a ella el asilo llevaba su nombre. La idea de convertir esa casa en un hospicio en el cual personas desahuciadas podían recibir atención paliativa y cuidados terminales con un sentido cristiano, provino de Margot Margerie y Karin Giusti, quienes luego se dedicarían incansablemente a su operación. El Hospicio Charlotte podía albergar hasta cinco personas quienes eran atendidas por enfermeras graduadas las 24 horas del día, de acuerdo con su estado de salud, y recibían la compañía de voluntarios y los sacerdotes de ambas congregaciones alemanas. De esta manera surgió una pequeña familia en la cual nunca faltó el cariño y el calor humano. El hospicio seguramente fue uno de los primeros de su tipo en América Latina y recibió el reconocimiento y los elogios del “Instituto Nacional de Geriatría” (Inager). Lamentablemente, debido a las crecientes dificultades disciplinarias y económicas con el personal y la nueva legislación laboral venezolana se hizo imposible sostenerlo. Otro factor decisivo para su cierre fue, sin duda, la partida de Margot Margerie, quien al igual que Karin Giusti se había dedicado en cuerpo y alma a este hospicio y solía pasar gran parte de su tiempo allí. Sin el esfuerzo de ambas, el funcionamiento de este hospicio ya no estaba garantizado.

El cambio de años 2013 - 2014

Los años 2013-21014 estuvieron marcados por importantes cambios y transiciones, incluyendo las inconcebibles dificultades para la venta tanto de la casa de El Rosal como la de Las Marías; la desocupación de ambas casas y las mudanzas; los constantes e imprevisibles retrasos, el interminable papeleo y la remodelación.

Luego de que todo el inventario de enseres que ya no se necesitaban provenientes de Las Marías y del El Rosal se pudo vender –– en dos mercados de pulgas, uno a mediados de año y otro en noviembre –– las actividades retomaron su curso normal.

Reconocimiento de 170 años

El momento más significativo de los últimos años ha sido, sin duda, la celebración para conmemorar los 170 años de actividades de AVAS, con un emotivo concierto de gala realizado en los espacios de BOD Corpbanca. El concierto fue ofrecido por el internacionalmente reconocido y laureado Ensamble de Metales de Venezuela, bajo la dirección del maestro Thomas Clamor, primer trompetista de la Filarmónica de Berlín, quien fue recibido con gran admiración y entusiasmo por el público..

De la nota de prensa

La celebración del 170 aniversario de AVAS (Asociación Venezolano-Alemana de Socorro) el pasado lunes se inició con un extraordinario concierto. En sus discursos, los representantes de diferentes instituciones y empresas expresaron su reconocimiento a la invalorable labor que los colaboradores de AVAS han venido desarrollando incansablemente desde hace muchos años. La presidenta, Margot Margerie, esbozó la misión histórica de la organización y su realización actual y expresó su agradecimiento a todos aquellos que hicieron posible esta celebración. La señora Karin de Giusti citó el lema “Dar es un buen negocio”, haciendo alusión al enriquecimiento que significan las manifestaciones de gratitud que recibimos constantemente y que también era palpable en esta celebración.

Celebración

El Ensamble interpretó diversas obras clásicas y música americana y venezolana. Tras recibir una prolongada ovación de pie, el Maestro Clamor cedió la batuta al jóven músico anzoatiguense Rafael Payare, lo que entusiasmó aún más al público. Payare es cofundador del Ensamble y también surgió del Sistema de Orquestas dirigido por el Maestro Abreu. El acompañamiento musical de esa velada fue un obsequio para AVAS de parte del Maestro Clamor y de la orquesta. En la celebración se encontraban presentes representaciones de las embajadas alemana, austriaca y suiza así como de Funda Musical Bolívar. El apoyo para el brindis estuvo a cargo de la Fundación Espacio Suizo (FUES), Charcutería Tovar, Bodegas Pomar, Coca Cola, Pan Alemán así como otras empresas y amigos, quienes de esta manera otorgaron un digno cierre a esta celebración.*
*De la nota de prensa